MÉXICO.- EFE- Cuando a una mujer le dan un diagnóstico de cáncer de mama en etapa 1, nadie le dice que una de las cosas más importantes que tendrá que adquirir será una alta fortaleza emocional que le ayude a sostener a familiares y amigos.
“Lidiar socialmente con el cáncer, desde el diagnóstico, durante y después de la enfermedad es muy agotador y nadie te enseña cómo afrontarlo”, dice a Efe en entrevista la comunicóloga Yunuen Mellado.
En el marco del Día Mundial del Cáncer que se celebra este 4 de febrero, Mellado, diagnosticada a los 37 años, cuenta que las personas que viven con esta enfermedad generalmente no están preparadas para dar este tipo de noticias a sus familiares, amigos o a sus empleadores.
“Todos te dicen que no te va a pasar nada, sus palabras dicen eso, pero en sus caras no se ve en realidad esa seguridad y entonces tienes que empezar a consolarlos”, admite.
Mellado asegura que eso es “agotador” y “doloroso”, sobre todo porque existen pacientes que suelen victimizarse “pero lo importante es buscar ayuda profesional para enfrentarte a todo ello”.
La mujer admite que el cáncer también la llevó a vivir cierta discriminación a nivel laboral.
Explica que tras el diagnóstico sus jefes y compañeros le dieron todo el apoyo, sin embargo, al necesitar únicamente una doble mastectomía y no quimio ni radioterapias, no cumplía con el estereotipo que se tiene de los pacientes con esta enfermedad.
“No regresé calva ni flaca, ni demacrada. Era yo otra vez, solo que sin mamas, pero al verme así no creían que había pasado por esta enfermedad”, admite.
Asegura que luego de tener 15 años en una empresa como ejecutiva la fueron relegando de las reuniones importantes y comenzó a sentir que ya no era tomada en cuenta para decisiones y el trato era muy distinto.
“Ahí fue cuando decidí dejar la empresa y dedicarme a mí y a vivir”, explica.
Dice, que si bien el proceso de la doble mastectomía fue doloroso, la clave para que el cáncer no tuviera más estragos en ella, sin duda, fue el diagnóstico oportuno.
“Yo sabía que tenía probabilidades de desarrollar cáncer pues mi papá murió de cáncer de colón y una tía de cáncer de ovario, lo cual está relacionado con el cáncer de mama”, comenta.
Debido a ello, Mellado se hacía revisiones anuales, sin embargo, no fue sino hasta que llegó con un oncólogo especialista donde le detectaron microcalcificaciones agrupadas en uno de sus senos.
Luego de un examen genético, la mujer supo que ella y sus dos hermanas tenían además la mutación de un gen que las hace propensas a desarrollar cáncer de mama.
“Es por eso que decidí someterme a la doble mastectomía y aunque fue doloroso, lo tomé como una lección de vida. Les agradecí a mis mamas por todo lo que me habían dado, pero al final me despedí de ellas”, comenta.
Reconoce que el cáncer le enseñó que tenía que modificar ciertas cosas en su vida como enfocarse en su familia “a la que había hecho a un lado por trabajo”.
Pese a haber vencido al cáncer, Yunuen no se considera una guerrera pues cree que las personas que padecen este mal no deberían sentir que luchan contra él “sino aprender lo que la enfermedad viene a enseñarte”, comenta.
“Si tu no aprendes lo que la enfermedad te quiere decir, la batalla está perdida”, asegura.
Finalmente, recuerda que el cáncer es una enfermedad que puede dar a cualquier persona en cualquier etapa de su vida “que no se siente”.
Sin embargo, admite que aunque da mucho miedo hacerse exámenes de detección lo mejor es siempre tener un diagnóstico y tratamiento oportuno.
“Se puede curar si se detecta en etapas tempranas, así que hay que enfrentar esos miedos, ir con un doctor que te dé confianza, que te haga sentir segura. Entender que el cáncer hoy ya no es sinónimo de muerte”, finaliza. EFE