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Conversemos,
hagamos el amor con las palabras,
mírame a los ojos en la intimidad de nuestras ideas y
déjame ver la desnudes de tus pensamientos

Besa mis palabras con tus frases
y en esta interminable y apocalíptica danza
de intensidad pseudointelectual
hagamos el amor,
Con las palabras

Permíteme acariciar con mis criterios
los más oscuros y profundos lugares de tu mente,
idealista y soñadora,
la parte más utópica,
la más conceptualmente tonta,
la que más me encanta

Yo me quitaré el velo del prejuicio,
y te dejaré mirarme tal y como vine al mundo,
inocente,
lleno de preguntas,
curioso,
ingenuo
y sapiosexual.