Bruselas- EFE- El ministro francés de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, dijo que para su país es imprescindible que se apruebe el impuesto europeo a los gigantes de Internet antes de fin de año, aunque se mostró “abierto” en lo que respecta a su implementación posterior.
“En la implementación estamos abiertos, pero la adopción es una línea roja para Francia: tiene que haber adopción al final de este año”, afirmó Le Maire a su llegada a la reunión de ministros de Economía y Finanzas en la que se debatirá la medida.
Insistió en que los “problemas técnicos” que algunos países ven en la tasa propuesta por la Comisión Europea (CE) pueden resolverse en las próximas “tres o cuatro semanas”, pero que eso no debería ser un escollo para la adopción política de la medida.
Dijo que la Unión Europea (UE) debe tener su propio impuesto, aunque no hayan terminado los trabajos sobre la tributación del sector digital a nivel internacional en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Sin embargo, concedió que, dado el trabajo que se está haciendo en este foro internacional, estaría “abierto” en lo que respecta a la implementación de la tasa siempre y cuando haya una adopción “política” de la misma este año.
En la práctica, esto supondría que aún cuando el impuesto lograse alcanzar la unanimidad que necesita entre los 28 Estados miembros de la UE -algo que por el momento está lejos- y fuese adoptado en diciembre, su aplicación podría retrasarse a la espera de la OCDE o de la resolución de las cuestiones técnicas.
De hecho, Le Maire insistió ayer en que “después” de su adopción la directiva “puede mejorarse técnicamente”.
Francia es la gran impulsora de un impuesto apoyado sin ambages por España, el Reino Unido e Italia, que han propuesto introducir esta tasa a nivel nacional, pero rechazado por muchos países que prefieren una solución global.
“Hay muchas cuestiones técnicas que no están resueltas (…) sobre la cooperación en este impuesto y los acuerdos de doble imposición”, dijo el ministro de Finanzas danés, Kristian Jensen, uno de los principales opositores a la medida junto a Irlanda.
Jensen consideró que solo sería posible tener un acuerdo en diciembre si los países se decantan por esperar a la OCDE.
Añadió que la tasa generará una “reacción” por parte de Estados Unidos, ya que la mayoría de empresas que se verían gravadas proceden de ese país, y llamó a estudiar “si es una buena idea” dada la importancia del comercio transatlántico. EFE